LA NUEVA TENDENCIA DEL CINE PERUANO
Mucho se ha hablado del cine peruano últimamente, gracias al nuevo éxito de Tondero “A los 40”, críticos, cineastas y público han dado distintas opiniones sobre la situación actual del cine nacional y como este es afectado por los nuevos “blockbusters cholos”.
Cierto cineasta la define como algo positivo para la industria, y le da el mérito a Tondero, por ser la productora de los dos más grandes “taquillazos” de la historia de nuestro cine, pero, a la vez se aleja de ella diciendo que no es la clase de cine que él quisiera hacer. Sin embargo, no deja de alabar su positivismo para el futuro del cine peruano.
Cierto crítico la define como una película más, sin pretensiones, sin escenas memorables, con “un par de escenas graciosas” y demás. En resumen, una comedia regular. Pero, también la ve como algo positivo para la industria cinematográfica.
Ahora viene mi opinión. Estamos ante un arma de doble filo. Me refiero a que en la visión de ambos cineastas, estos films se perciben como una nueva tendencia a seguir para el cine peruano en general, y quizá, dios no quiera, tengan razón.
Siempre me ha gustado ponerme en el peor de los casos, “eso te previene” reza algún cortometraje realizado, y es lo que voy a hacer en este caso: ¿Qué pasaría si se toma estas producciones como tendencia? Simple, el inicio de la “televisación” de nuestro cine.
Tanto “Asu Mare” como “A los 40” me parecen las versiones cinematográficas de programas como “Al Fondo Hay Sitio”, pura risa sin sentido que busca entretener a las masas. Ojo, yo no digo que todas las comedias deban tener un trasfondo político, espiritual y cósmico; pero corremos el grave riesgo de que las producciones de aquí en adelante sean puras comedias con Carlos Alcántara y demás “Pataclauns” de protagonistas, ya que esa es la fórmula ganadora, la “piedra filosofal” del cine peruano.
Quizá exagero, quizá Tondero nos sorprenda con la próxima “Días de Santiago” o mejor aún, la próxima “Caídos del Cielo”. Pero mis cálculos dicen que no, que ahora sigue otra comedia, tal vez protagonizada por otros actores (aunque con “machín” siempre presente) y en un ambiente más familiar con el peruano promedio (un “Asu Mare 2” viene a mi mente).
No es malo que la gente vaya a reventar el cine con producciones peruanas, pero es malo alabar una producción francamente mediocre, e ignorar propuestas realmente interesantes (El Mudo, Viaje a Tombuctú, El Limpiador). Debemos enseñar al espectador a ver cine peruano, pero no solo el que ya está masticado y listo para digerir y defecar (y en algunos casos ya defecado), sino el cine en empaque, al que hay que abrir, observar, cocinar, servir y saborear toda la vida.
Mi esperanza es que Tondero haya reunido suficiente capital para arriesgar con una propuesta artística interesante. Quien sabe que habrían podido hacer cineastas de la talla de Francisco Lombardi, Josué Méndez o los hermanos Vega con el presupuesto que tuvieron las producciones de Tondero. Esperen, aún no es tarde para averiguarlo.